Un puente… hacia nuestros mayores

El proyecto BriDgeS de Acción Social ofrece a los alumnos de Senior la posibilidad de colaborar como voluntario en instituciones y realidades sociales diversas. Hace algún tiempo, compartimos algunas experiencias recogidas en el Hogar Amparo Maternal, que trabaja con mamás jóvenes y sus chicos… Y hoy compartimos las vivencias de un puente cruzado hacia la otra orilla de la vida: la de los abuelos.

He aquí el testimonio de algunos de los alumnos que están visitando el Geriátrico «Del Palmar», en nuestro barrio de Belgrano.

«Una nunca se da cuenta de las cosas que hacen bien, y definitivamente esta fue una de ellas. Cuando llegamos al geriátrico estaban todos los abuelos durmiendo y pensé que iba a ser difícil la interacción, pero fue todo lo contrario. Me senté al lado de Lidia. Al principio no hablaba mucho y cada cosa que decía se la tenía que repetir, debido a  que no escuchaba bien, pero después me contó de su vida y su familia. Y hasta me mostró lo que estaba tejiendo para su bisnieto. Me sentí muy cómoda con ella y creo que ella también conmigo. Me dijo: “Ustedes no saben lo bien que nos hace que vengan, es una forma de distraernos”. Y la verdad es que ellos también me hicieron muy bien a mí.» (Mercedes Aizen, S5L)

«Hoy fuimos al ‘Palmar’ a visitar a los abuelitos. ¿Cómo expresar la sensación con la que me fui? Entré con una sonrisa y me fui de ahí aún más feliz. Súper conmovida y emocionada. Cuando entramos estaban todos dormidos en sus sillas y no sabíamos mucho qué hacer. “Buen día” fueron todas las palabras necesarias para entrar en un clima agradable. Se despertaron, nos saludaron y nos presentamos para jugar al «bingo musical» (Nota: con tangos que ellos mismos debían identificar para ir marcando los cartones). Logramos relacionarnos y conocer algunas de sus historias. Este encuentro generó en mí una sensación distinta y hermosa. Siento una emoción muy linda. Fue una experiencia distinta y feliz». (Bianca Greco, S5L)

«Fue una experiencia única. Lo más lindo fue la emoción que sentían al jugar al bingo y al escuchar tangos que hacía mucho que no escuchaban. Todos estaban muy contentos y se les veía en los ojos. ¡Parecía que hacía tiempo que no se divertían tanto! Realmente me quedé muy emocionada: nunca había ido a un geriátrico y no sabía cómo iba a ser. Me sorprendió y me encantó escuchar los temas y también escucharla cantar a Ernilda. Fue muy conmovedor ya que el tango es hermoso y hoy en día se está perdiendo un poco la tradición de escucharlo y bailarlo. Yo creo que todos alguna vez tendrían que pasar por una experiencia así, ya que no sólo harían feliz a una persona mayor que se encuentra sola, sino que también les quedaría una sensación de felicidad por compartir un rato con ellos y verlos sonreír». (Florencia Macazaga, S5L)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *