Que los padres sean padres, que la escuela sea escuela
¿Expresión de deseo, redundancia, verdad de perogrullo algo anticuada, o invocación urgente y trascendental? En tren de ponernos a pensar qué se puede hacer para contrarrestar la creciente ola de violencia en las escuelas, creemos que el título de esta nota es más bien lo último: la apelación profunda a que cada uno cumpla de manera sostenida con su misión específica, con su responsabilidad.
Que los padres sean padres.
Que la escuela sea escuela.
Términos como bullying o acoso, junto con otras expresiones aún más amenazadoras («portación de armas», «vandalismo» y hasta «homicidio») aparecen en los medios, cada vez con más frecuencia, asociadas a distintos ámbitos educativos. ¿»Bowling for Columbine» también acá, en nuestro propio país y/o ciudad?
Desde el estado
En una entrevista publicada esta semana por La Nación, el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, sugiere que la raíz del problema de la violencia no estaría en la escuela, sino más bien en casa. Insta a los padres a ejercer su autoridad, en vez de delegar la puesta de límites — o la posmoderna «contención»- en el colegio. Y señala que aquellos padres que transgreden normas — sean las de tránsito, las leyes impositivas u otras- son un caldo de cultivo para futuras transgresiones de todo tipo, por parte de los hijos.
Sin que medie matiz político alguno en la coincidencia, el BDS hace propios algunos conceptos del ministro. En esa línea, justamente, se enmarca lo que hemos dado en llamar «la alianza hogar-escuela», así como el principio mismo de la Misión institucional, que reza: «Cooperamos con la familia ofreciendo educación integral bilingüe de alta calidad…»
Cooperamos con la familia, porque la responsabilidad primera y última de la educación de los hijos es, de modo exclusivo e intransferible, de la familia, de los padres.
El huevo de la serpiente
Pero volvamos a algunas expresiones de Tedesco: «Hay que comenzar a identificar ámbitos de enseñanza y aprendizaje de las conductas violentas (…) desde los medios de comunicación y los jueguitos electrónicos, hasta el propio ámbito familiar y el barrio. Son muy frecuentes, en algunos casos, los fenómenos de maltrato infantil».
Es sabido que esto sucede en todos los estratos sociales. Una forma algo sutil de maltrato es el abandono que sobreviene cuando se llena a los chicos de cosas… y no se les ponen límites.
«Hay un problema de los adultos en su relación con los jóvenes»- arremete Tedesco. «Estamos perdiendo nuestra calidad de adultos. Hoy todos queremos ser jóvenes y se tiende a perder esa distinción entre joven y adulto. Eso hace que la permisividad se convierta en abandono. La permisividad consiste en que yo no me hago cargo del otro. Y a veces hacerse cargo significa decir no. Muchos adultos interpretan que decir no es ejercer un nivel de represión y autoritarismo negativo. Y en muchos casos, es todo lo contrario. Decir no es un límite de protección, basado en el cariño y en el afecto». Sobre este tema, ver tambíén en nuestro blog No al vale todo.
La escuela en acción
Tal como señala Tedesco, «en la escuela se enseña a resolver los problemas en forma pacífica, se practica la convivencia, se enseña a manejar la lengua y el diálogo».
En las reuniones de padres, así como en un intercambio epistolar reciente con autoridades educativas, el Director de la sección Primaria, Lic. Héctor Aguiar, hizo justamente una reseña ajustada de lo que se hace — desde hace mucho tiempo- en el BDS, para promover la educación para la paz y la cultura del diálogo.
«Son muchos los espacios que creamos para que quienes formamos la comunidad educativa aprendamos y fortalezcamos esta habilidad comunicativa. En principio, una vez por semana, separados por ciclos, organizamos un Assembly donde en forma planificada abordamos temas de organización, funcionamiento y/o convivencia. (…)
La parte que nos corresponde
«Trabajamos sobre el lema Fac Recte, desarrollando los distintos valores que implica, mediante cuentos, anécdotas y ejemplos. También temas de la agenda educativa (efemérides), de actualidad o de prevención. (…) Cada punto se retoma en clase con el docente, de acuerdo con el nivel madurativo de los grupos. Además, a lo largo del año, docentes y alumnos pautan reglas de convivencia del grado discutiendo, acordando, reflexionando juntos.
«Por último, en nuestra institución desarrollamos la mediación como herramienta para la resolución de conflictos y la búsqueda de acuerdos». Esto se hace en españo y también en inglés.
Citando una vez más a Tedesco: «A veces, el docente es el que está más obligado a jugar el papel de adulto. Y en muchos casos, se ha constatado que los padres prefieren aliarse con sus hijos en contra de los docentes. Cada vez que un maestro se pone más exigente y trata de cumplir con su papel de un modo más estricto, se produce este nuevo fenómeno, contrario a lo que ocurría en el pasado, cuando había una alianza entre la escuela y la familia».
Alianza entre la escuela y la familia.
Que los padres sean padres.
Que la escuela sea escuela.
Y podríamos agregar: que los chicos sean chicos — ese maravilloso reservorio de asombro, inocencia, esperanza y futuro.
Las fotos al pie de esta nota fueron tomadas en la reciente edición del «Family Day», celebrado en el campo de deportes de El Talar.