Old Facrecteans: mucho más que «Empanadas & wine»
Como habíamos anticipado, en realidad las empanadas y el vino fueron solo la excusa para reencontrarse con los viejos amigos, en el BDS. La convocatoria, organizada por los mismos Old Facrecteans, acercó a unos trescientos ex alumnos de todas las promociones. Los recibieron un montón de entusiastas egresados jóvenes, encargados de actualizar los datos de cada uno, para optimizar la comunicación entre todos.
El jueves 10 de noviembre — no por casualidad, el «Día de la Tradición»- , el Auditorio «E.B. Green» lucía vistosos paneles cubiertos de fotos de distintas épocas, las banderas de los Houses y hasta un par de emblemáticos pupitres y un viejo bolillero de madera, todo gracias a la dedicación de Alicia Guardo Vallcaneras, Old Facrectean y miembro del personal del colegio, quien trabajó incansablemente en la organización y ambientación del evento.
Grande fue el asombro de quienes volvían después de muchos años al recibir un ejemplar actual de The Evergreen. Muchos recordaban la revista en blanco y negro, con un formato más pequeño y pocas fotos. «¡Qué lindo que está! ¿Me lo puedo llevar para mi nieto, que ingresa el año que viene?» -preguntaba un abuelo orgulloso. Otros salían al patio y contemplando la vieja palmera evocaban la época en que el mismo árbol servía de ángulo para improvisar un ring de boxeo… ¡mientras el mismísimo Hugh Green repartía los guantes!
Hubo pocas palabras — las justas. Un integrante del Board directivo habló por el colegio y dio la bienvenida. Se hizo un emotivo minuto de silencio, por los que ya no están. Luego tuvieron su voz los propios ex alumnos, en las personas de Jorge Ortíz (BDS Club y comisión organizadora) y Edward Kesting, quien contó la historia de por qué su grupo se autodenominó los «Greenbugs». En su mesa, entre otros Seniors, estaba Oliver Pyllis, alumno allá por 1926, hoy de noventa años…
¿Y los más jóvenes? Algunos de 2004, apenas un año después de dejar las aulas del Belgrano Day School, tuvieron la oportunidad de redescubrir, con asombro y un renovado sentido de pertenencia, la riqueza casi centenaria escondida detrás de nuestro tradicional lema. El propio Kesting no dudó en evocarlo, en el marco de ese verdadero himno al sportsmanship que reza: «For when the One Great Umpire comes to write against your name, He writesnot if you won or lost, but how you played the game. FAC RECTE.»
El reencuentro, los recuerdos, el brindis. Old Facrecteans de 19 a 90 años, unidos por las tradiciones y el afecto
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