¿Fotografiar lo invisible?
Por primera vez, el tema del Concurso de Fotografía Digital de este año es una palabra que tiene sentido tanto en castellano como en inglés: Invisible, aunque su pronunciación varíe, por supuesto.
La primera y casi inevitable asociación con esta palabra es aquella famosa frase de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Así, una vez más el tema elegido será todo un desafío: el de atreverse a captar lo “invisible” en una imagen.
De hacer visible lo invisible, justamente, habla este texto que escribió hace poco una exalumna, que tuvo la generosidad de compartirlo, para ir poniéndonos en tema. Porque cuando las lágrimas finalmente caen, algo de lo invisible se revela:
Si ellas cayeran más seguido…
Como si fuera un momento divino, su presencia es todo. Una escisión entre el todo y la nada, entre la vida y el vacío, entre las cosas como creemos que son y la realidad. Su presencia hace una diferencia imposible de ignorar, un momento en el que el curso normal de las cosas se detiene y somos por un momento personas distintas. Porque es eso en realidad, una interrupción en nuestra vida, un freno y nos vemos condenados a pensar en nosotros mismos al menos un rato, a replantearnos cosas, a volver a empezar. Porque vienen sin avisar, sin pedir permiso y cuando nos quisimos dar cuenta la cara nos cambió de color, y el corazón de lugar. Ya sea ante el dolor más profundo, o ante la emoción más inmensa ellas están ahí, rodando por nuestro cuerpo, agitando nuestro espíritu. En un mundo donde buscamos explicaciones para todo, ellas simplemente caen, sin preguntarse por qué lo hacen, sin importarles por qué lo hacen. Y se ríen, se ríen del hombre más duro que prometió no quebrarse nunca y por un segundo se creyó impenetrable, se ríen de quienes dudan de la relación entre el alma y el cuerpo, se ríen porque mientras nos desvivimos por enmarcar nuestros nombres, al fin y al cabo nosotros nos vamos, y ellas se van a quedar. O al menos eso esperamos que hagan, porque de esa manera tendríamos la vaga certeza de dejar atrás un mundo menos hostil, más humano. Porque cuando alguna de ellas aparezca en algún recoveco del planeta, sabremos que existe al menos una persona que creyó en el amor, en el talento, que buscó la felicidad, que intentó algo distinto, que por su mente y por su cuerpo pasó algo que lo hizo diferente para siempre. Porque si ellas cayeran más seguido al menos interrumpirían el sinfín de acciones vacías que ensayamos sin descanso una y otra vez y que nos ciegan haciéndonos creer que no alcanza simplemente con ser felices. Porque al final del día nos damos cuenta de que esas humildes lágrimas son el fiel reflejo de que estamos vivos.
Camila Mateo – Old Facrectean 2012
Ya están disponibles las BASES para participar del Concurso, así como el FORMULARIO de inscripción.
Ilustra este post una fotografía de la serie «La tierra vista desde el cielo», de Yann Arthus- Bertrand. Agradecemos la información a María Inés Martínez Asla, Jefa del Departamento de Lenguas y Expresión Artística de M&S.