Nos visitó un veterano por los 40 años de la Guerra de Malvinas
Autoridades, docentes y alumnos de Middle & Senior participaron hoy de un acto para conmemorar el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. En esta oportunidad, contamos con una presencia especial: el Coronel (R) y veterano de Guerra Diego Arreseigor, quien narró su dura experiencia en el campo de batalla. Además, con sentidas palabras, hizo un alegato en favor de la paz y valorizó el compromiso de los combatientes con sus ideales y la defensa de la soberanía nacional.
El homenaje se inició con el ingreso de las banderas de ceremonias mientras se entonaba el Himno Nacional Argentino, interpretado por Pedro Pociecha en voz, acompañado por Nicolás Galuppo en piano, y Alejandro Fernández y la Old Fac Recte Julieta Mihitarián, en violines.
Luego, se proyectó un emotivo video realizado por los alumnos y docentes de M&S, que narraba la historia del soldado Julio Cao, maestro de primaria que se enroló de forma voluntaria para luchar en Puerto Argentino y perdió su vida en las islas. Además, dos de ellos leyeron la carta que Cao envió a sus alumnos de tercer grado mientras estaba en combate, en la que les contaba sobre las Malvinas y que los tenía siempre presentes.
Una anécdota conmovedora
Finalmente, fue el turno de las palabras del Cnel. Arreseigor. Visiblemente emocionado, luego de relatar algunas de sus vivencias en el campo de batalla, narró la conmovedora historia de su encuentro con familiares de un caído inglés, y cómo ese hecho lo hizo cambiar de perspectiva. “A pesar de que he conocido muchos países, siempre decía que nunca iba a ir a Inglaterra. Por suerte, me he despojado de ese sentimiento doloroso que tenía respecto de mis enemigos gracias a una historia que quiero contarles”, comenzó.
Una vez terminada la contienda, Arreseigor permaneció en las islas como prisionero de guerra. Una tarde, en un puesto de reunión de heridos de Monte Longdon, encontró el casco de un soldado inglés caído. El combatiente pertenecía al Batallón 3 de paracaidistas británicos, que atacó al Regimiento de Infantería 7, la unidad argentina que tuvo más bajas y en la que murió Julio Cao. “Yo estaba tan flaco que escondí el casco debajo de la campera y nadie se dio cuenta”, comentó.
Cuando terminó su tiempo como prisionero, pudo burlar ciertos controles ingleses y traer el casco a la Argentina. “En las charlas que daba acerca de la guerra, siempre mostraba el casco. Era casi como un trofeo de guerra, una manera de mostrar que los ingleses también habían pagado un precio. El casco tenía grabado en tinta el nombre A. Shaw”, relató.
Después de muchos años, y con la ayuda de la tecnología, Arreseigor se propuso investigar la historia del soldado que había portado el casco. Fue así como se descubrió que su nombre era Alexander Shaw, que en el momento de la contienda tenía 25 años y un hijo de 3 meses. También encontró una carta de su madre, que luego falleció de tristeza por no haber podido superar este hecho. “A partir de ahí, comencé a ver el casco de otra manera”.
La historia de este caído lo conmovió tanto que decidió ir hasta Inglaterra para reunirse con su hermana, con quien se había contactado luego de años de búsqueda. “Con estos acercamientos descubrí al ser humano, más que al enemigo. Vi que, a pesar de ser los victoriosos de la guerra, esa familia se sentía perdedora, porque la guerra es una tragedia en la que todos perdemos. Nadie gana”.
Luego de esta conmovedora historia, el Cnel Arreseigor finalizó con un legado por la paz: “Ustedes son los futuros conductores de nuestra patria. Por eso, les pido que se formen y sean las mejores personas que pueda tener nuestro país para salir adelante, reivindicando la memoria de nuestros caídos pero, por sobre todo, evitando la guerra”