El celular, ¿a clase?
El mismo tema, una nueva mirada
Hace mucho que en el BDS venimos hablando de Tecnología.
No se trata de una moda: es una realidad que nos invade desde afuera, que los chicos «traen puesta» con la misma naturalidad con la que usan un par de zapatillas. Una realidad que ha cambiado la forma de relacionarnos y de vivir. Y que llegó para quedarse.
En la Jornada «Tecnología, Cultura y Educación» realizada en nuestro colegio en mayo de 2008, la tendencia quedó clara: vamos camino a la miniaturización — equipos cada vez más pequeños y a la vez más potentes y veloces.
Los avances en telefonía celular son un incuestionable exponente de ello. El teléfono se va transformando en una mini computadora con conexión inalámbrica, en el marco del Modelo 1-1: cada persona con su celular, casi como con su propio DNI.
Cambia, todo cambia
Históricamente, siempre ha existido la resistencia al cambio.
Puede resultar más fácil prohibir que pensar, o hacer más de lo mismo que innovar. Pero la educación, ¿no debería ir en otra dirección para mantener su vigencia y, más aún, su sentido? Porque ¿para qué mundo educamos?
La escuela no puede mirar desde afuera esta realidad que la interpela a cada paso.
Tal vez no sólo no debería prohibirse el celular en clase, sino que más bien se impone pensar cómo incorporarlo. Qué usos pueden y deberían servir a nuestros fines educativos; en qué momentos y de qué manera aprovecharlo. Y lo mismo, con otros dispositivos portátiles…
No se trata de «llenar de barullo» el aula, plegándonos a la confusión generalizada entre lo público y lo privado, entre lo banal y lo importante. A veces, sin embargo, cierto «barullo» puede resultar inevitable y hasta creativo y conveniente.
Un ringtone a la imaginación
Se trata, en todo caso, de explorar — y los chicos son grandes exploradores naturales- nuevas maneras de llegar a la información, de hacer cálculos, canalizar dudas, establecer relaciones, compartir hallazgos.
El camino más cómodo muchas veces nos aleja de nuestros propósitos.
Aceptemos la incomodidad del desafío, para seguir educando.
Si Ud. tiene alguna propuesta y/o experiencia de prácticas positivas de uso del celular en clase, lo invitamos a compartirla haciéndonos llegar su/s comentario/s.