Contra la discriminación: cuidemos los sentimientos
Los sentimientos son materia combustible: se inflaman, arden, queman. Son, además, uno de los aspectos clave de nuestra naturaleza humana. A veces se endiosa a la razón y se los menoscaba u olvida. A veces, el humor ácido y sarcástico (tan en boga en los medios y las redes) hasta los ridiculiza. Pero son nuestros sentimientos: fuente de energía y motor de la vida; puente hacia nuestra interioridad, hacia los otros y aún hacia la trascendencia, sea como sea que la entendamos.
Los sentimientos son el blanco fácil, vulnerable y certero de la discriminación que, de acuerdo con un informe de Unicef que analiza hoy una nota de La Nación, ocurre principal y fundamentalmente… en la escuela. ¡En la escuela! Donde los grandes les pasamos a los chicos «la posta» de los conocimientos y los valores. Donde los chicos se hacen amigos y aprenden, entre otras muchas cosas, a convivir en sociedad. Donde los sentimientos deberían cuidarse como un tesoro precioso, porque en verdad lo son.
Estamos por salir de vacaciones de invierno. Hace pocas semanas, en el BDS tuvimos el privilegio y la alegría de ver a los alumnos de Middle & Senior presentar Hairspray, un musical hermosísimo que, entre otras cosas, se erigió como una toma de posición y un alegato contra cualquier forma de bullying, presencial o virtual. Y este año en el Colegio estamos trabajando especialmente el valor del respeto…
Así que cuando te juntes con amigos, amigas y hagas planes, cuando chatees y publiques algo en algún muro, cuando camines por la calle o vayas a un shopping o a ver un espectáculo… acordate de cuidar los sentimientos. Los apodos, ciertas bromas, una foto y las «etiquetas» de todo tipo pueden herir de manera profunda y duradera los sentimientos de las personas. Te lo decimos otra vez: son materia combustile y nadie escapa a la nube gris de ese humo, que contamina a toda la sociedad. A vos también.
Felices vacaciones para todos.
1 comentario
Hace un rato les deje en el fbk. un agradecimiento muy especial, por habernos inculcado valores escenciales que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y que son los que nos distinguen, y nos aportan la luz y la claridad que necesitamos para obrar bien en una sociedad tan convulsionanda y tan confundida. Muchas Gracias!