6 Jun 2005 |

Trabajo sobre discapacidad: atravesar barreras, construir la empatía


En un trabajo conjunto de las Tutorías y la organización CILSA, 44 chicos de M1 recorrieron las calles de nuestro barrio, asumiendo en forma rotativa los roles de asistente de una persona lisiada y de un no vidente, así como del no vidente y el lisiado en sí. Los acompañaron la prof. Zully Elizalde y una representante de la mencionada ONG, que trabaja por la integración de las personas con capacidades diferentes.

Fue necesario vendarse los ojos, subirse a una silla de ruedas, tantear obstáculos con un bastón o intentar guiar a quien lo portaba, para ponerse en la piel de quienes, cotidianamente, se enfrentan con barreras de todo tipo: ideológicas, arquitectónicas y de comunicación.

“Muchas veces, no se discrimina por maldad, sino por simple ignorancia” – nos explica Zully. Y reflexiona: “En definitiva, las barreras ideológicas son las causantes de las demás “. Rampas de cordones rotas y contra las cuales muchos estacionan aunque esté prohibido, veredas en mal estado o muy angostas, teléfonos públicos colocados a una altura inaccesible para quien va en una silla y otras falencias en la señalética son algunos de los problemas con los cuales se toparon nuestros chicos. “Dios. Qué suerte que tengo de poder ver”- exclamaban algunos, cuando se quitaban las vendas de los ojos y le cedían el turno a otro compañero.

“El trabajo continúa con reflexiones grupales y la generación de textos sobre la experiencia realizada. Los chicos van a enviar cartas a los diarios contando su experiencia y las emociones, ideas y conclusiones que les aportó” -se entusiasma Zully, profesora del área de Lengua castellana. Y destaca que también fueron de la partida la Lic. Carolina Hernández (quien activó el contacto con CILSA) y la docente Griselda Belmonte.

Hace un par de años, también de la mano de CILSA, otro grupo de adolescentes del BDS pintó vistosos murales sobre un tema complementario: todo lo que sí pueden hacer las personas con capacidades diferentes. Nos es muy grato utilizar las imágenes de esos murales (emplazados en Mendoza al 3300) para ilustrar esta nota y comprobar cómo distintas experiencias pedagógicas y diferentes lenguajes se entrelazan para un mismo fin solidario, por una sociedad más justa.

Ayer, los murales solidarios. Hoy, un ejercicio de empatía por las calles de nuestro barrio. Los chicos toman conciencia, fundamental para tender la mano y construir espacios para una mejor convivencia entre todos

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