Saludo Pascual del Capellán
De la servidumbre a la libertad: Pascua
“Señor: en esta Pascua, devuélvenos la alegría de la fe y la confianza”.
A los alumnos, exalumnos y miembros todos de la comunidad del BDS y a sus familias:
Pascua quiere decir paso. Esta fiesta tiene su origen en el Antiguo Testamento de la Biblia. Los judíos la celebran como la fiesta de nuestra liberación, para recordar la salida de Egipto que fue en este día. Dios sacó a Israel de Egipto con su brazo fuerte y extendido, y así el Pueblo elegido salió de la esclavitud física y espiritual a la libertad total.
Los cristianos (católicos, protestantes, anglicanos y ortodoxos) creemos profundamente que en la noche de Pascua Jesús pasó de la muerte a la vida, destruyendo la oscuridad que el pecado había establecido en el mundo. La Resurrección de Cristo nos rompe la imposibilidad de participar del amor de Dios que se hace perdón y reconciliación, para cada uno de nosotros. La Pascua lava nuestro corazón, quita de nosotros el mal y nos hace pasar de vivir aplastados en nuestra propia intimidad para abrirnos al poder magnífico de Dios.
Nadie tiene que sentirse apartado de experimentar en su interior la bendición de la Pascua. Todos somos merecedores de ella.
Déjenme en esta gran fiesta bendecir todas sus casas y sus familias:
Bendición de la tradición judía para Pascua
Barúj atá Adonái, Elohéinu Mélej haolám. Bendito eres Tú, Adonai, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha elegido de entre todas las naciones, nos ha elevado por sobre todas las lenguas, y nos ha santificado por medio de tus mandamientos. Y Tú, Adonai, nuestro Dios, nos has dado con amor festividades para regocijo, fiestas y estaciones para alegría, una convocación santa, conmemorando el Éxodo de Egipto. Pues Tú nos has elegido y a nosotros has santificado de entre todas las naciones.
Bendición cristiana de la familia para Pascua
Dios todopoderoso nos dé su bendición en esta solemne fiesta de Pascua y nos proteja por su bondad. Amén. Él, que por la Resurrección de su Hijo nos renueva para la Vida eterna, nos conceda la recompensa de la inmortalidad. Amén. Y ya que celebramos con honda alegría esta Pascua después de recorrer con Jesús el camino de la Cruz, nos conceda participar siempre de su gozo. Amén. Y que la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre todos y permanezca para siempre. Amén.
En la Pascua 2009.
Pbro. Lic. Alejandro G. Russo – Capellán BDS