El viernes 15 de marzo, al cumplirse exactamente 10 años del fallecimiento de Bernardo Green (foto), se celebró la primera misa del año en su memoria, la de su hermano Hugo y la del padre de ambos, John Ernest Green, fundador del BDS.
Una especial emoción flotaba en el aire por la reciente elección del Cardenal Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice. Nuestro Capellán, Pbro. Alejandro Russo, quien es también Rector de la Catedral de Buenos Aires y un colaborador cercano al Santo Padre, hizo referencia en su homilía a la buena nueva, destacando que tanto Bernardo como Hugo se hubiesen sentido felices de que el Papa no solamente sea argentino, sino también de origen jesuita. En efecto, ambos hermanos se educaron en un colegio perteneciente a esa congregación religiosa (Stoneyhurst College, UK), que resultó decisivo en su formación como "caballeros cristianos", tal como el Padre Alejandro los describió.
De esta manera, al recuerdo siempre vivo de quienes hicieron del Belgrano Day School un gran colegio, se sumó la plegaria compartida por el nuevo pontífice, de acuerdo con lo que él mismo suele pedir en cada ecuentro con los fieles. Fue una misa muy particular en un momento trascendente de la vida de la iglesia.
Esta mañana volvimos sobre aquella carta que el entonces Cardenal Bergoglio le envió a la Sra. de Green con motivo del primer Centenario del Colegio, que comenzábamos a celebrar de manera solemne en la Catedral. La releímos asombrados (casi perplejos); con una felicidad serena y un profundo sentimiento de gratitud como cristianos, como argentinos, como ciudadanos de este bendito y tan castigado continente...
Claro que el Belgrano Day School es tan solo una pequeña institución educativa, situada en un pintoresco barrio de la ciudad de la que el nuevo pontífice es oriundo. Claro que, por el impacto, nos resulta casi imposible dimensionar la trascendencia de lo que nos toca vivir. Claro que cuando escribió aquella misiva nadie podía imaginar lo que vendría...
Sin embargo, si volvemos a compartirla (fue publicada en la edición 2011-2012 del anuario institucional The Evergreen), es porque -más allá de sentir un legítimo orgullo-, nos emociona descubrir cifradas en aquellas palabras algunas claves de lo que el mundo ahora recibe con tanto asombro como júbilo: un pastor cercano a su grey.
El valor de la evangelización, la práctica de la tolerancia y el diálogo interreligioso, la insoslayable visión trascendente de la persona humana y hasta el ahora ya emblemático "recen por mí"... todo eso está contenido en estas sencillas líneas, que una vez más compartimos con emoción, con reverencia, con esperanza.
¡Gracias, Señor, por el Papa Francisco, humilde trabajador de tu Viña! Bendícelo hoy y siempre.