La intensa vida del Old Facrectean Ronny Scott

Con 104 juveniles años, Ronald “Ronny” Scott es el Old Facrectean vivo más antiguo del BDS. Este argentino de sangre británica, que combatió como voluntario en la Segunda Guerra Mundial, tiene mil y una historias para contar, que nos remontan a los primeros años del colegio, allá por la década del ‘20, cuando era coloquialmente conocido como el “Green School”, por el color de sus uniformes. Fuimos a visitarlo para conversar acerca de su vida y de su paso por nuestra centenaria institución.  

Hijo de madre inglesa y padre escocés, concurrió al Belgrano Day School entre 1927 y 1931. “Fui al BDS porque mis padres querían que fuera a un colegio inglés y vivía a 3 cuadras”, comenta. Por esa época, el colegio era solo de varones y se podía cursar el nivel primario con profesores que habían llegado de Inglaterra para enseñar en él. 

“Recuerdo especialmente a mi maestra de primer grado, Mrs Mc Lean, era escocesa y una docente número 1. Hablábamos todo el tiempo en inglés con ella – cuenta-. Es que, por esos años, nos enseñaban solo dos horas de castellano por día”.

Con una memoria envidiable, a la hora de recordar profesores, Ronny también menciona al inglés Mr. Chivers. “Era un matemático de primera, un grandote excelente”. Pero, además de los británicos, tiene muy presente a De Vassoigne,  un profesor francés. “Era un teniente de caballería de un regimiento muy pituco en París, que falleció durante una prueba de salto de dos metros con su caballo”, agrega. Por esa época, además, el director del colegio era John Ernest Green, el fundador del BDS. “‘Palito’ Green era severo pero muy competente”, comenta risueño.

Dentro de las anécdotas del colegio, Ronny tiene muy presente la victoria del Belgrano Day en el partido de fútbol contra la vecina escuela secundaria pública de la calle Crámer – hoy llamada Héroes de Malvinas-, con quien siempre competían. “Ese partido fue histórico. Yo hice el primer gol y Víctor Harris-Smith – quien más tarde formó parte del equipo nacional de rugby – hizo el segundo. Cuando regresamos, el colegio nos premió por haber ganado”, relata con orgullo.

Como es de suponer, en su camada había muchos ingleses o hijos de británicos, ya que era una época con mucha presencia de inmigrantes de este origen en nuestro país. Además de Víctor Harris Smith, Ronny recuerda a Donald Forrester, quien luego se destacó como jugador de cricket y de rugby del Club Atlético Belgrano. Todos ellos, incluido Ronny, figuran en la edición de 1931 del tradicional anuario The Evergreen, que el colegio guarda celosamente en su pequeño museo.  

Su performance en el colegio era buena, especialmente durante los tres primeros años. En su paso por el BDS, recibió premios en los tradicionales Prize Giving por su rendimiento en matemáticas e inglés. “El colegio andaba bien, había disciplina y los maestros originales británicos eran muy buenos ”, recuerda.

Una vida intensa

Scott nació en 1917 en Villa Devoto. Su larga vida incluye anécdotas de película, retratadas en múltiples notas periodísticas en los principales diarios del país y de Inglaterra, e incluso en un documental – “Buena Onda: The Tale of Ronny Scott”-, realizado en el Reino Unido.

En 1942, decidió que tenía que hacer “algo en contra de Hitler” y se convirtió en uno de los 2 mil argentinos – por lo general, hijos de ingleses- en ofrecerse para combatir en las filas británicas. Casi muere cuando el barco que lo llevaba de Buenos Aires a Liverpool estuvo a punto de hundirse en medio de un huracán, y también cuando submarinos alemanes destruyeron 33 de 66 balsas en una escala en Nueva York. Hoy, es el único piloto de caza sobreviviente de esa guerra en América Latina.

Ronny vivió intensamente; parece haber tenido muchas vidas en su mirada clara y apacible.   Luego de la guerra, fue piloto de Aeroposta Argentina S.A., una de las líneas aéreas que formaron la actual Aerolíneas Argentinas, en donde se convirtió en un activo defensor de los derechos de los aviadores y fundó la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas. Además, compartió vuelos por la Patagonia con Antoine de Saint-Exupéry, el célebre autor de “El Principito”.

Su amor por los aviones surgió a los 10 años, cuando estaba mirando un partido de polo en el Hurlingham Club, del cual era socio. En un momento, se le acercó un jugador y le pidió un agua tónica. Él le agregó una pizca de limón. El polista no era otro que el entonces heredero de la corona británica, Eduardo, quien luego abdicaría al trono. Al día siguiente, su secretario lo llamó desde la embajada para invitarlo a visitar el primer portaaviones que hubo en la Argentina. Ese día, Ronny inició su romance con las aeronaves. “Me gustaba la sensación de libertad y éxtasis de volar”, expresa en el documental.

El deporte y la aviación fueron sus grandes pasiones. Además de rugby y bowls, jugó cricket, bádminton y hockey sobre césped. “También jugué fútbol en el Belgrano Day School. Jugaba de 10″, rememora con entusiasmo desde su departamento de San Isidro, frente al CASI, club del cual es socio desde 1935 y cuya parrilla lleva su nombre, ya que fue el asador oficial durante más de 20 años.

 

3 comentarios

  • Flia. Flores Stevens

    Muchas Gracias. Nos encantó la nota.
    Nuestro cariño para Ronny!

  • José Manuel Pallì

    Vamos Ronny todavia!
    No sabia que en el BDS se jugaba (y se premiaba) al futbol en una época. En la mía (de 1960 al 67) estaba casi que mal vista su practica, y lo «cool» era que los varones jugáramos solo al rugby.

  • Maggie Malm Morgan

    En los últimos años, agregó el Bridge, que juega en el CASI .

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