A todas luces

La crisis energética que atraviesa el país — la cual, de acuerdo con un artículo publicado en La Nación de hoy– va «camino a ser una pesadilla»- nos mueve a la reflexión. Se trata de un problema grave que afecta a la economía en su conjunto, frenando irrevocablemente el crecimiento. Se presume que pronto el racionamiento no afectará solo al ámbito industrial y podría imponerse la necesidad de cortar la luz en los hogares.

Más allá de los tintes políticos del manejo de esta cuestión, resulta de suma importancia tomar conciencia y tratar de colaborar en la utilización racional de la energía. No dejar luces encendidas de manera innecesaria (por ejemplo, al salir de las aulas y los laboratorios), apagar las estufas al finalizar las actividades y, cuando llegue el calorcito, los ventiladores y equipos de aire, son medidas relativamente fáciles de implementar que, multiplicadas, pueden llegar a marcar la diferencia. A tenerlo en cuenta, por favor, por el bien de todos.

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