Somos mucho más que rock

La edición del sábado pasado de ADN, la nueva revista de cultura de La Nación, hace un recorrido interesante por el tema de esa relación entre escurridiza y fosforescente que vincula las letras de las canciones (en especial, de rock) con la poesía. Es curioso: mientras uno (el rock) crece como un tsunami imparable, nutrido por la web, los i-pods y hasta por reproductores para escuchar música bajo la ducha, la otra (la poesía) parecería retroceder en la maraña de un discurso social vulgar, detenerse y hasta cerrar los ojos, como una Bella Durmiente que espera y espera ese beso que tarda en llegar. Pero llega, por suerte. Siempre llega.

La nota de Fito Páez que emparenta el rock con el tango e invita a leer y a estudiar (¡sí, chicos, lo dice Fito!), como así también la del Old Facrectean Martín Kohan, que sobrevuela, como él mismo dice, “el horizonte más incorpóreo de la figuración abstracta”, nos desafían — junto con varios artículos más– a evocar aquellas canciones con las que crecimos y seguimos emocionándonos, para repasar y volver a pensar sin prisa en su letra, sea esta en inglés o en español.

Quizás sea la especial alquimia entre la letra y la música lo que prende y perdura, algo tan bien entretejido que resulta casi imposible desenmadejar las hebras. ¿Cómo separar a esa Muchacha Ojos de Papel con su corazón de tiza, de aquella cadencia sugerente y con gusto a Almendra? Lo cierto es que el milagro ocurre y la Bella Durmiente — la poesía- finalmente despierta.

Ahora bien: es bueno tener en cuenta que no hay una sola manera de besarla, por así decirlo, para que vuelva a la vida. Sabe besarla el tango, con su fina garúa y sus “labios apretados como el rencor”; supieron también hacerlo Dylan, Lennon y Bono, por citar unos pocos de los grandes. Y entre los nuestros, desde el inefable Charly, yendo de la cama al living, hasta Fito mismo, que tan bien supo regalarle un vestido y un amor.

No puede menos que gratificarnos que todos esos estilos musicales y sus respectivas letras — además de los otros, instrumentales y corales- circulen a diario por el BDS. Hace poco, en un Recreo musical se rindió un tributo a Los Beatles al cumplirse 40 años de la edición del mítico Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Por otra parte, el próximo viernes 14 de septiembre, los alumnos de S6L concurrirán, como se ha hecho en ocasiones anteriores, a cantarles tangos a los abuelos, esta vez en el Geriátrico El Palmar, entrelazando así la música con el Trabajo Social. Y en la próxima presentación en El Solar de la Abadía, el 16 de octubre a las 18.30, el cierre estará a cargo de la Senior band, con una serie de clásicos del rock.

Es seguro que allí estará también nuestra Bella Durmiente, ya definitivamente despierta y susurrándonos al oído, para deleite de los públicos sensibles de todas las edades. Y colorín-colorado, esta historia apenas ha comenzado.

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  • Desde la Biblioteca, una pequeña recomendación para quienes quieran leer sobre el tema.
    Letras que dicen: una antología rock. Buenos Aires: Libros del Quirquincho, 1991. Donde se plantea que ritmo, música, letra y una visión del mundo tienen tanto las canciones como los poemas.

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